Pacificaciones
10.4.24
Las dos mejores lecturas en lo que llevo de año
15.3.24
Conocimiento fractal versus conocimiento sedimentario
- Enfrentarse a un misterio.
- Observarlo con detenimiento.
- INVENTARSE una hipótesis, un modelo de cómo funciona esa cosa misteriosa.
- Buscar qué pruebas podrían demostrar que tal hipótesis es falsa. Si no puedes encontrar una prueba que pueda demostrar que el modelo es incorrecto, tienes que descartar la explicación y empezar de nuevo.
- Realizar todas las pruebas posibles, hasta encontrar una que demuestre que estás equivocado o quedarte sin ideas.
- Revisar con compañeros y mucho cuidado las pruebas que has hecho.
- Aceptar el modelo que has hecho como LA MEJOR EXPLICACIÓN QUE SE TE HA OCURRIDO.
14.3.24
La escolomancia de Naomi Novik
23.2.24
Un poco de placer lector. Cita con Rama.
A Arthur C. Clarke no le he leído casi nada. No tengo muy claro porqué, tal vez porque mi experiencia con alguno de sus cuentos más famosos me resultó decepcionante en su momento, cuando los leí hace más de treinta años. Me parecieron muy flojos en comparación con los relatos de Asimov o Pohl. Tal vez, porque tengo muchos problemas con las leyes que llevan su nombre, en particular con la tercera que me parece no solo falsa, sino problemática por lo mucho que la aprecian los autores de cienciasía. No. Apreciarla es decir poco. Los autores de cienciasía la adoran, les da la justificación para escribir los desastres que escriben y les ayuda a que no se les caiga la cara de vergüenza. Sea cual sea la razón llevo casi cuarenta año postergando la lectura de la trilogía de Rama. Ya iba siendo hora de hacerlo.
La primera novela de la trilogía, Cita con Rama, fue publicada en 1972, es decir cuando yo tenía dos años, puede que uno, y lo ganó... en fin, todo, en los años siguientes. Es por lo tanto cinco años anterior al magnífico Pórtico, de Pohl, tres a Los desposeídos, de K. LeGuin; aunque posterior al estreno de 2001, la película por la que más se conoce el trabajo del autor. Es algo posterior a los pronósticos del Club de Roma, y se adelanto por un poco a la primera crisis energética del planeta, que el dicho club había predicho. Estamos en cualquier caso en ese contexto de primera consciencia fehaciente de los límites del crecimiento humano, que luego será tan visitado en la obra de Pohl. La obra que hoy tratamos aún se sustenta en el tecnooptimismo de crecimiento infinito de los cincuenta, pero ya anuncia algunos destellos del pesimismo de obras como Pórtico, sin zambullirse en el nihilismo punk que acabará cristalizando en el ciberpunk, de los años ochenta. Creo que sería una obra muy adecuada para estas generaciones de lectores jóvenes que parece que buscan mensajes positivos (desde mi punto de vista erróneamente), en las nuevas obras, imagino que cansados de haber nacido en una época en la que el desastre parece ya inevitable.
Debido al esmero que el autor pone en el realismo científico, la obra no ha envejecido mal, aunque peca de optimismo en cuanto a la exploración y colonización espacial, y resulta naïf en cuanto al tratamiento de los problemas de los límites del crecimiento humano. Es sorprendente que hable de que están intentando mantener la población mundial por debajo de los mil millones cuando ya en la época e la publicación de la obra rondaban los cuatro mil millones. Como siempre la obra fracasa al no imaginar los massmedia de nuestra época (internet, redes sociales y demás) o posteriores, la evolución de las corporaciones internacionales y demás detalles 'feos' de nuestra realidad, pero por lo demás se siente aún bastante creíble.
Me sorprende, y preocupa, que una obra tan cuidadosa en lo científico les quite a los astronautas sus escafandras. ¿Por qué esa manía en poner en peligro a las tripulaciones exponiéndolas a un aire alienígena de un millón de años? Es un asunto que se repite demasiado. Casi todas las series de televisión acaban cayendo en lo mismo e incluso los autores más serios de novela de CF también. ¡Dejad las escafandras puestas! Incluso cuando el interior de Rama despierta y se verifica su naturaleza biológica los integrantes de la expedición siguen respirando el aire de allá dentro.
También se apunta un novum muy difícil de creer (la acción sin reacción), por mucho que los tecnobobos, digo, los tecnooptimistas insistan una y otra vez en buscarlo como los idiotas que intentan construir las máquinas de movimiento perpetuo. En cualquier caso, ese novum, no es el principal que es simplemente la existencia de una nave intergaláctica.
A cambio tiene detalles buenísimos, como el hecho de que todos los astronautas estén esterilizados para evitar que la radiación del espacio provoque el nacimiento de bebés deformes o mutados y sus gametos están preservados por congelación.
Un placer disfrutar de un poco de lectura de ciencia ficción dura, aunque esté un poco envejecida y aunque haya un mucho de 'contar' en lugar de 'mostrar' de ese que ahora parece inaceptable para muchos lectores y editoriales (que, sin embargo, aceptan las tonterías de la cienciasía, como la detestable 'el problema de los tres cuerpos', sin pestañear).
Muy recomendable.
22.1.24
¿Tres historias, una historia o ninguna historia?
17.1.24
El tercer portalillo de Baldur. Mi peor experiencia de juego RPG hasta la fecha.
15.1.24
Fixup: un formato del futuro próximo y del pasado remoto
Cortázar decía en sus entrevistas y en sus cursos que la diferencia entre el cuento y la novela consiste en que el primero tiene forma esférica y la segunda, arborescente.
El cuento contiene en su centro un tema único y todo lo que hay en él (cómo el decía: desde la primera palabra hasta la última) existe en función de ese núcleo, sirve no solo para expresarlo, sino también para reforzarlo y como cámara de resonancia. El cuento es una luz láser que se reafirma a sí misma en una única y perfecta frecuencia pura. No lo podemos considerar acabado y pulido hasta que no parece sobrarle nada ni faltarle nada.
La novela de cierta manera es lo contrario: si bien tiene también un tema central, una columna vertebral que la sustenta y le da sentido, debe perseguir mostrar todos los aspectos posibles de ese concepto, los diversos puntos de vistas posibles, toda la gama de grises, la paleta completa de significados que surgen (o delimitan) el núcleo central. La novela es como la luz iridiscente y múltiple que surge de un diamante tallado. Ampliar un cuento puede romper su esencia mientras que recortarlo suele mejorarlo. Ampliar una novela solo añade matices extra, puede enriquecerla si no se rellena con paja o lastre. Reducirla puede limitar su alcance.
El cuento es la forma primigenia de narrativa humana. Es corto, se reafirma a sí mismo y normalmente se recuerda con facilidad. Se transforma así en un medio para transmitir el supuesto sentido común o los tabús absurdos de una cultura. La novela, sin embargo, no surge hasta épocas mucho más recientes de la mano de personas con tiempo, recursos e ilustración necesaria como para recorrer parsimoniosamente las sutilezas de alguna idea o principio. Las novelas han sido desde su nacimiento largas (véase las dimensiones de El Quijote), y aunque, por suerte, las hay más manejables, han seguido creciendo a medida que el tiempo y las exigencias de los lectores, cada vez más cultos, han aumentado. Las novelas se han vuelto tan enormes que se transforman en sagas de miles de páginas divididas en docenas de tomos que requieren para leerlas la parsimonia y el tiempo que se han necesitado para escribirlas.
La extorsión constante del sistema productivo, unida al surgimiento de los medios digitales de comunicación y expresión, que proporcionan una oferta ilimitada de entretenimiento, así como un bombardeo constante de información o propaganda, nos hace sospechar que la novela debería ir declinando en el futuro y que daría paso al resurgimiento del cuento como sustento narrativo principal. Y, aunque el cuento es maravilloso, es unifocal, y un autor que quiera recorrer los múltiples posibles aspectos de un tema o una problemática, sentirá que se queda corto, maniqueísta. Podemos temer que el mundo se vuelva aún más extremista en sus opiniones al menguar la longitud de sus expresiones narrativas. ¿Cómo podríamos mostrar la pluralidad de respuestas posibles a las preguntas importantes en un formato rápido, ágil, que se ajuste a nuestros tiempos de atención subdividida hasta dimensiones nanométricas sin perder potencia ni calidad literaria?
Una posible respuesta es el fixup.
¿Qué es el fixup?
El fixup es una forma de agrupación de cuentos (en algunos artículos se habla de una forma de novela, yo no estoy de acuerdo) que difiere de una antología corriente en que contiene elementos comunes que relacionan los relatos, proporcionando continuidad y haciendo que el conjunto sea superior en impacto a cada uno de ellos por separado.
Ejemplos claros y habitualmente mencionados de fixup son Yo, robot, de Isaac Asimov y Crónicas marcianas, de Bradbury. En ambos casos muchos de los relatos habían sido escritos e incluso publicados por separados en revistas del género. Es decir, los relatos funcionaban como obras independientes; sin embargo, al unirlas e hilarlas adecuadamente, elevan aún más el impacto final en el lector. En el caso de la obra de Bradbury el autor introduce pequeños interludios entre los cuentos de un nivel más lírico que hacen avanzar la trama y conforman un marco temporal, le dan un sentido histórico. El caso de Yo, robot es para mí aún más paradigmático ya que el autor sitúa en la primera página las tres leyes de la robótica, añade después una pequeña introducción histórica del nacimiento de los robots, para, inmediatamente, con el primer cuento, poner al lector en duda sobre el funcionamiento de estas. Cuando el lector ha entendido la aparente paradoja del primer cuento y la ha integrado en el funcionamiento de las leyes, Asimov, presenta un nuevo caso aún más sofisticado de aparente violación y así continúa y continúa a lo largo de todo el fixup, logrando que el lector acabe por entender la extrema dificultad que implica obtener el resultado moral esperado de las tres leyes mediante la aplicación de estas y el sorprendente alcance que tienen.
Es fácil encontrar la enorme lista de fixup que existen haciendo una rápida búsqueda en internet o leyendo la entrada de la Wikipedia.
¿Solo se usa el fixup en ciencia
ficción?
Aunque la ciencia ficción es un género que agradece mucho el fixup y de dónde surge su nombre, en realidad hay muchos ejemplos en la fantasía e incluso fuera de los géneros de lo imaginario. No voy a referirme ya a los mundos compartidos que tienen algunos escritores de terror (Lovecraft y sus amigos, cuyo conjunto global de cuentos casi parece un fixup mastodóntico), ya que un mundo compartido no tiene exactamente la función de explorar desde diversos prismas un tema central ni están unidos ni pulidos para reforzar un concepto (aunque podríamos pensarlo así: ¿no es acaso todo el asunto de los Mitos una exploración del miedo a la otredad?). Pero baste con mencionar el maravilloso fixup Gente que ríe, de Laura Chivite que usando como hilo central la vida de un personaje contada de forma invertida (desde su final hacia su principio), permite a la autora trazar reflexiones sobre la vida de las personas, lo que importa y lo que no mientras se divierte y divierte al lector escribiendo cuentos con toda clase de artefactos y formatos, desde el falso manual de instrucciones hasta la falsa obra de teatro.
¿Es esto una modernez?
Pues más bien es lo contrario. El fixup es un retorno a las bases ya que, ¿qué son las historias artúricas (cuando se novelan) o las novelas de caballería o los mitos creacionales de todas las culturas o las eddas nórdicas o el Mahabhárata o el Rāmāyaṇa sino extensos conjuntos de cuentos unidos por un escenario y unos personajes comunes? ¿Qué son sino fixup? Como se ha dicho unos cuantos párrafos más arriba el cuento es probablemente la primera expresión narrativa de la humanidad y cuando las culturas los recuperan de la tradición oral, los ordenan y los clasifican el resultado más natural y primigenio no es otra cosa que el fixup.
Así que recuperad las tradiciones más antiguas de nuestros ancestros y dadles forma a vuestras historias hilvanando un hermoso collar de piedras de muchos colores.
Buscad la unidad temática en la potencial diversidad formal del fixup.